La neuralgia del trigémino es un trastorno neurológico que provoca episodios intensos y debilitantes de dolor en la cara. Aunque la mayoría de los pacientes pueden ser tratados con medicamentos, hay un pequeño porcentaje de pacientes para los que la medicación no funciona. Para estos pacientes, el tratamiento quirúrgico puede ser una opción.
Las dos principales opciones de tratamiento quirúrgico disponibles para la neuralgia del trigémino son la microdescompresión vascular y la termolesión por rediofrecuencia del ganglio de Gasser.
La microdescompresión vascular es un procedimiento quirúrgico que implica la colocación de una almohadilla suave entre el nervio trigémino y los vasos sanguíneos circundantes que provocan presión sobre el nervio y, por lo tanto, podrían ser la causa del dolor. La microdescompresión vascular se realiza bajo anestesia general y una internación de 4-5 días. Es una cirugía neuroquirúrgica mayor y no está exenta de riesgos por lo que debe ser llevada a cabo por equipos con experiencia. La duración de la hospitalización puede variar según el caso individual del paciente y la recuperación postoperatoria.
Los efectos secundarios pueden incluir dolor, entumecimiento, debilidad facial, vértigo, infección y sangrado. Los pacientes deben discutir cuidadosamente los riesgos y beneficios del procedimiento con su médico antes de tomar una decisión sobre el tratamiento quirúrgico para la neuralgia del trigémino.
La termolesión por radiofrecuencia es un procedimiento más comúnmente utilizado en la actualidad para el tratamiento quirúrgico de la neuralgia del trigémino. Consiste en la aplicación de calor de alta frecuencia al nervio trigémino para destruir selectivamente las fibras nerviosas responsables de la transmisión del dolor. Este procedimiento se realiza bajo anestesia local o sedación y se guía mediante imágenes de radioscopía o tomografía computarizada para garantizar la precisión en la colocación de la sonda de radiofrecuencia en el lugar correcto. Es un procedimiento mínimamente invasivo con mínimos efectos colaterales, el más comun de ellos es entumecimiento facial temporal después del procedimiento.
Ambos procedimientos tienen tasas de control del dolor que rondan el 90%. Sin embargo, la cirugía de microdescompresión suele tener efectos mucho más perdurables. Ambos procedimientos tienen sus propios beneficios y riesgos, y la elección del procedimiento dependerá de las necesidades y circunstancias individuales del paciente.
En general, la microdescompresión vascular se recomienda para pacientes con una compresión vascular identificada como la causa de la neuralgia del trigémino, mientras que la termolesión por radiofrecuencia se considera una opción para pacientes que no tienen una compresión vascular identificable o que no son candidatos para la microdescompresión vascular.
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